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Hola

Comienzo este blog como una experiencia de aula.
Espero compartir el gusto por la literatura y la lengua con mis alumnos y con todos los que visitéis este blog

Cosas de Mayte

Aquí quiero compartir mis escritos.

Bola de nieve 1
A
él,
que
como
ígneo
duende
curioso,
travieso
inventaba
llamaradas
misteriosas.


LA CAJA DE


Eligió el negro porque le gustaba el color, no por preferencia singular hacia su sabor, en realidad lo compró por la caja, cúbica, metálica, negra...el contenido en el fondo era un pretexto para tener un detalle bonito.
Cuando entró en el supermercado se había dejado arrastrar hacia las secciones más inútiles, se acercó a una estantería llena de cajitas de colores, bien colocadas, alineadas y llamativas, después de coger una, soltar otra, colocarla de nuevo, volver a observarla... durante un buen rato, se decidió al fin y eligió el color negro. Sin duda era el que mejor hacía resaltar los bordes dorados.
Ahora lo importante era vaciar la caja cuanto antes, aunque sin precipitaciones sospechosas, para después poder disponer de ella a placer, mientras, el objeto debería permanecer oculto  para no romper el encanto.
Aprendió a sustituir la merienda rutinaria del café con leche  por una taza de té y de esta forma al interrumpir cada tarde, comprobaba cómo poco a poco el contenido descendía de nivel. En la cocina, de pie, junto al cazo a punto de hervir  cogía la cajita entre las manos, la agitaba, la inspeccionaba curiosa y olisqueaba sus hojitas secas. Preparaba primorosamente la infusión  sin atreverse a pensar aún en posibles servicios de la cajita, no quería adelantar acontecimientos, prefería mantener el fingido culto al té hasta que llegara el momento preciso.
Con el transcurso de las tardes el rito del té fue aceptado como algo imprescindible y delicioso.
La última taza la saboreó tal vez con un placer inusual, había llegado el momento del triunfo: la caja estaba vacía al fin. Como en un ritual la tomó entre sus manos, la contempló por dentro y por fuera.  ¡Ya está vacía!  Pensó, y supo que comenzaba así la verdadera vida del adorno esperado. La colocó en un estante a modo de ridículo libro cuadrado, mientras las ideas de utilidad para el detallito, tanto tiempo reprimidas, afloraban en su mente cada vez más estúpidas.
Detenerse en cada una de sus ocurrencias sería demasiado fatigoso y fastidioso. Por fin cuando casi había olvidado el largo trayecto recorrido hasta conseguir su objetivo, sin saber muy bien cómo, se encontró pagando a la cajera del supermercado otro paquete de té, esta vez en una bolsita transparente, y esas hojitas secas y perfumadas fueron a parar a una caja cuadrada, metálica y negra.




Difícil decisión

-“Le ofrecí el último bombón y me puse de pie”.
- No me convence, busquemos algo más poético: “Mi trémula mano dejó el bombón en su regazo y me fui”.
-No, algo menos barroco:-“Toma el bombón. –Adiós”.
-Es simplón,  necesitamos algo que incite a seguir:-“Se levantó, cogió el último bombón y se lo comió”.
-No,… no tiene poesía, es prosaico. Qué te parece: “¡Sólo queda un bombón! Cómetelo tú mi amor”.
-Peor que los diálogos de un culebrón.
-Jaime, y si proponemos tema libre.

-… Mucho mejor; pero el bombón me lo como yo.

2º Premio del Concurso de Mocrorrelatos del blog Ojalá Paula 
(El relato debía comenzar por la primera frase del mismo: Le ofrecí el último bombón y me puse en pie)


Espera en Rizzoli

Ya se había convertido en una necesidad esencial esperar la llegada de la joven a la librería. Desde la ventana de su despacho, vivió el devenir de los meses a través de su abrigo rojo, su cazadora de cuero, la americana negra, el vestido de algodón y  la camiseta sin mangas. La inquietud que le producían sus visitas a la librería era tanta, que, por fin, salió en su busca; cuando ella entró en Rizzoli, la miro fijamente y le dijo: -No esperes más. Soy Robert y ya estoy aquí.
Ella, aliviada, se lanzó  a sus brazos.



7 comentarios:

  1. Hola soy Sheila Martín Muñoz ;)

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  2. Furcio Latín ;) Ouyeah me gusta

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    1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  3. muy bonito texto Mayte :)

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  4. ,,, y seguirá tomándose su tiempo cada tarde soñando con el resplandor de la caja vacía porque lo mejor es disfrutar del camino y retrasar todo lo posible la meta para ello. Me ha gustado tu relato. A por más

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